viernes, 29 de diciembre de 2017

Las velas: La iluminación de las almas

Desde la antigüedad nuestros antepasados veneraban al fuego, lo veían como un modo de protección y de vida, ya que con el podían cocinar sus alimentos, ahuyentaba a los depredadores, mantenía en perfecta temperatura el cuerpo humano y sobre todo era la iluminación de las personas para volver a casa.

Tiempo después descubrieron un modo para transportar el fuego donde quiera que vayan, así surgió las primeras antorchas que estaban hechas de materia resinosa, palos de pino y grasa animal, tiempo después con una mecha de yesca mojada en una cera se crearon las velas, las primeras personas que las observaron se dieron cuenta que ellos danzaban al ritmo de su llama, pudieron sentir un poder místico alrededor de ellos, sabían que las velas eran un medio de luz entre las tinieblas.

Su gran poder se convirtió en magia, en personificaciones de dios y sus 7 arcángeles, que a través de la iluminación que irradiaba la vela, iluminaban nuestras dudas y problemas, para mostrarnos el verdadero camino.

La llama nos aleja de nuestra realidad y nos transporta a conectarnos con nosotros mismos, ha estado presente en funerales, cumpleaños y bautizos, dando luz a aquellos que lo necesiten, cuando la llama se siente en peligro por una ráfaga de aire, siempre gana y nunca pierde su porte que siempre esta hacía arriba, dándonos a entender que en cualquier situación no importa lo que sea, siempre debemos mirar hacia arriba y dar todo para salir adelante.

En conclusión las velas nos separa de nuestra cuerpo físico y nos hace reencontrarnos con nuestra alma.




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